De este libro hoy me gustaría resaltar una cita que me parece más que interesante:
"A veces los sucesos van como la seda, siguiendo exactamente los planes. Existe una transición simple, de causa y efecto: actuamos, y nuestro acto produce el resultado que esperamos. Meta una una rebanada de pan en la tostadora y apriete el botón. A los dos minutos la rebanada asoma por la tostadora...Está sentado en el coche, con el motor en marcha en una intersección, esperando a que el semáforo se ponga en verde. Se pone en verde. Aprieta el acelerador con el pie y, predeciblemente, el coche empieza a avanzar de nuevo. Esto es evidente...pero por desgracia esta predictibilidad ha convencido a muchas personas de que el mundo funciona más o menos como una máquina; una máquina compleja, quizá, pero máquina al fin y al cabo. Así que creen que si estudiamos a fondo esta máquina seremos capaces de descorrer el velo que oculta sus mecanismos, y producir cambios de un modo mucho más reflexivo.
Pero la verdad es que el mundo no funciona, para nada, así. Nunca podemos estar realmente seguros de que apretar ese botón o accionar aquella palanca tenga el resultado que buscamos. Por ejemplo, a lo mejor pensamos que es obvio que podemos incrementar las ventas si aumentamos las comisiones por venta, pero existen numerosos sucesos ajenos que pueden impedir este resultado. Si ofrecemos comisiones más altas, quizás los vendedores compitan más unos con otros para conseguir una venta, espantando a los clientes. O, dado este mismo entorno, si aumentamos nuestras comisiones nuestros competidores pueden hacer lo mismo, lo cual quiere decir que en realidad nada habrá cambiado...De hecho, es posible que las comisiones no influyan para nada en las ventas porque nuestro servicio se está quedando obsoleto; así que lo único que hemos logrado es aumentar nuestros gastos. A diferencia del pedal de freno, la gente no siempre responde como usted espera que lo haga.
Generar momentos justos es una de las maneras que tenemos de eludir una visión predecible del mundo, como lo es haces apuestas con propósito. Los momentos justos nos permiten encontrar oportunidades que quizá nunca habríamos tenido en cuenta usando un enfoque lógico. Cuando hacemos apuestas con propósito ya no vemos tanto el mundo como una máquina que funciona según las leyes de causa y efecto, sino más bien como un juego de azar. Usted puede probar un nuevo enfoque o idea, que puede funcionar o no. Es imposible saberlo con certeza, porque cada una de esas veces tiramos de nuevo el dado y nos exponemos a los efectos de la impredecibilidad.
Todo acto que hagamos provocará una serie de consecuencias no intencionadas, efectos dominó y otros resultados inesperados que pueden tener un gran impacto sobre nuestros resultados definitivos. La cuestión es que en el mundo actúan muchas más fuerzas de las que jamás podremos conocer o explicar, y que éstas interactúan entre sí de infinitas maneras aleatorias que multiplican su efecto. A estas fuerzas de la impredecibilidad que permiten que los sucesos y los actos cambien y se propaguen de maneras inesperadas las llamo fuerzas complejas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario