Desde que acabé la carrera de Economía, en septiembre de
1999, me apasioné con el running. Siempre me gustó el deporte, en mi etapa de
instituto sobre todo jugaba mucho a fútbol sala, pero la entrada en la facultad
acabó de cuajo con todo aquello. Tras 4 años estudiando a tope decidí romper el
círculo. Jamás había corrido sólo por correr. Me junté con dos grandes amigos,
en etapas muy tempranas y combinamos las sesiones de gimnasio con un trote
cochinero J
Poco a poco aquello nos fue enganchando, fuimos perfeccionando y estuve la
friolera de casi 6 años corriendo casi todos los días. Desafíos cada vez
mayores, siempre sin competir más que contra nosotros mismos. Apasionados de la
costa, los acantilados, el barro y el mar…lo recuerdo como una etapa fantástica
y apasionante. Correr me relajaba, era más creativo, rompía y desconectaba al
máximo (cuando vas sufriendo en la carrera no puedes pensar en otra cosa más
que en respirar y el siguiente objetivo al que llegar).
Con la creación de InstitutoCIES, el nacimiento de mis hijas
y yo que no me pierdo una oportunidad para participar en nuevos proyectos
empresariales, desde 2007 dejé prácticamente de hacer deporte. Empecé a pillar
kilos, a tener problemas de desconexión y a gestionar peor mi estrés. Hubo
épocas que empezaba pero que no era capaz de mantener: viajes, reuniones, sesiones
de trabajo interminables, malas noches como papás primerizos…en fin, batallas y
excusas, la cosa es que rompí ese ciclo de deporte.
Ahora llevo ya casi 2 meses en el camino de volver a la
senda del running de una forma continua. Estoy muy contento porque mi cuerpo
reserva memoria muscular y los progresos van mejor de lo esperado. Este verano
en Cádiz, mientras seguía trabajando en mi foco vital, pensé mucho en el
deporte y en un cambio en el estilo de vida. Y llevo unos días reflexionando
sobre todo este proceso. Así surgió el artículo que hoy publico en TICBeat
sobre la conexión que existe entre el mundo de los negocios y el deporte.
El artículo muestra que la superación personal, el esfuerzo,
la capacidad de aprender, de sufrir, de saber vivir en la sombra mientras estás
trabajando duro, es importante para hacer deporte pero también para lanzar una
empresa de éxito. Así que las conexiones yo las veo claras y espero que os
guste. Os dejo con una cita del artículo y os animo a seguir leyéndolo J
Nadie puede aguantar meses o años saliendo a correr todos los días sin tener una gran capacidad de sufrimiento y afán de superación. Dar ese salto del sofá, haga frío o calor, llueva o nieve, cambiarte de ropa y salir a correr y a mejorar, es algo tremendamente duro, hay que tener una gran fuerza psicológica y una motivación intrínseca que te empuje. Lo mismo para mantener una dieta durante un gran período de tiempo. Además, no es agradable, en las carreras se sufre, y a veces mucho, las piernas flaquean, el corazón se acelera en las subidas, te cuesta respirar y tu cabeza sólo te dice “¡para, para…para!”. Por eso sólo unos pocos aguantan y siguen. Además, no es suficiente sólo con seguir, es necesario aprender continuamente. Es muy importante visualizar dónde quieres llegar, qué objetivos te planteas en cada carrera, cómo dosificas tus fuerzas y, en definitiva, cómo vas creando paso a paso progresos.
Esa capacidad de aprendizaje, de superación, de motivación y de esfuerzo son imprescindibles para crear un negocio. No se ven grandes resultados en el primer mes ni, incluso, en el primer año. Eres invisible para muchos clientes, o para la prensa, incluso para tus amigos. Estás sólo en medio del valle de la muerte. Con muchos riesgos que tienes que asumir. Esto de emprender no es una alfombra roja y un medio rápido de hacerse rico e ir a fiestas guays. Eso está bien en las películas, pero nada más lejos de la realidad. “La fama cuesta”…y esa parte de la película no nos la suelen contar. Para acabar una maratón o tener una empresa que funcione, tener clientes y construir cierto cierto éxito, previamente hay mucho trabajo, mucho esfuerzo y muchas pequeñas decisiones complejas…pero sobre todo mucho prueba y error, que o tienes una gran capacidad de resiliencia o no aguantarás. Como me decía mi amigo Iñaki Arrola hablando de estos mismos temas: “En una maratón es más importante correr bien la segunda mitad que la primera… y además, los mejores maratonianos son los que tienen más edad (experiencia)”.
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