martes, 10 de septiembre de 2013

Entrevista en La Nueva España

"El cierre de una firma con 250 trabajadores no se arregla con 250 emprendedores"
El economista avilesino Javier García, socio fundador de la consultora Instituto CIES, se ha incorporado en los últimos días a la dirección Alantis Seed Capital, una incubadora de proyectos tecnológicos que invierte y participa en proyectos en su fase más inicial. El objetivo, argumenta: «Lograr la confianza de inversores dispuestos a sumar, que compartan nuestro propósito de crear un ecosistema tecnológico sólido y, por supuesto, rentable». García pertenece a la junta directiva de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Asturias y colabora en buen número de foros económicos, como Sintetia. Su empresa, Instituto CIES, tiene su especialización tanto en finanzas como en seguridad de la información, donde ya desarrollan proyectos en 22 provincias españolas.



–Se acaba de incorporar a la dirección de Alantis, ¿qué le ha llevado a dar este nuevo salto?

–En CIES tenemos una gran especialización en el asesoramiento financiero a pymes, y cada vez más a empresas en sus etapas más iniciales. Hemos desarrollando metodologías que estamos usando para ayudar a fondos que invierten en tecnología, como es el caso de DaD, la primera y más prestigiosa incubadora de proyectos de Internet de España y que preside Rodolfo Carpintier. Y en ese proceso hemos trabajado mano a mano con el Grupo Izertis, asturiano, que había creado un instrumento de inversión en empresas tecnológicas. 

Consideramos que se trata de una vía muy interesante para potenciar esa nueva área de trabajo que venimos impulsando en CIES. Y en ese marco me ofrecieron la dirección de Alantis a través del cual creo que podemos hacer grandes cosas. Recibimos y visitamos a muchos emprendedores, nos estamos dando a conocer a potenciales inversores y todo ello con el fin de articular un ecosistema emprendedor en Asturias y Norte de España.

–¿Detrás de todo esto está las dificultades de financiación bancaria de las empresas?

–Muchos fondos requieren una inversión mínima de 300.000 euros y exigen al emprendedor disponer de con trayectoria sólida, con una valoración de su empresa de entorno a un millón de euros... algo muy complicado para alguien que empieza. Alantis facilita precisamente todo lo que le falta a un emprendedor: contactos, gestión, marketing, finanzas, de tal manera que su riesgo de fracasar sea mucho menor. 

Lo que hacemos es aportar valor a las empresas a cambio de un porcentaje de acciones. Y cuando esa empresa empiece a funcionar, cuando se empiece a consolidar y esté en condiciones de acceder a más mercados y más financiación, el trabajo de Alantis, por así decirlo, ha acabado recuperando en el proceso nuestra inversión, y obteniendo una rentabilidad muy interesante por ello. Queremos dinamizar emprendedores con ciertos perfiles en Asturias, contribuir a nuestra natalidad empresarial, tan necesaria en estos momentos. Y desde el ámbito privado hay muy pocas opciones en España.

–¿Y qué lo diferencia de ASBAN, la Red Asturiana de Business Angels?

ASBAN es un instrumento muy interesante que trata de atraer a inversores privados con ahorros que quieren observar proyectos donde invertir. Esto es diferente. En ASBAN no hay una temática definida y se compone de muchos pequeños inversores, y cumple una gran función. 

En Alantis nos especializamos en tecnología, aceleramos los proyectos a través de servicios específicos, de alto valor para el emprendedor y su equipo, y tenemos una visión de expansión territorial, no sólo Asturias. Una buena idea no es suficiente, se necesita ejecutarla, gestionar un equipo, detectar y retener el talento y buscar de forma incansable la manera de hacer rentable esa idea. Y eso requiere mucho acompañamiento, que tratamos de ofrecer para cubrir esas grandes carencias.

–¿Qué opina de la Ley de emprendedores, pendiente de aprobación?

–Tiene buenos intentos, como tratar de fomentar fiscalmente que el ahorro privado se canalice en emprendedores, pero tiene fallos. Esos incentivos fiscales son sobre todo en IRPF, en renta, cuando está demostrado que cuando tu apoyas a un emprendedor lo haces a través de una empresa, pero si no tienes acceso a beneficios fiscales posiblemente no des ese paso. También se está hablando mucho de las trabas administrativas, pero el hecho de reducir al segundo la creación de una empresa no asegura que tu modelo de negocio vaya a funcionar. Se debería insistir más en la consolidación en base a la formación.

–Hace dos años, en una entrevista a este periódico, dijo: «La falta de crédito es una especie de arma de destrucción masiva de empleo». Y hoy las empresas tienen 220.000 euros menos de financiación que en 2010...

–Y los hogares 90.000 millones de euros menos.

–¿Dónde está el crédito?

–En la administración pública. Hay dos patas: está demostrado que el rescate no ha servido para que el dinero llegue abajo y se ha ido reduciendo con un hacha el alto endeudamiento de las empresas y de los hogares. Es cierto que hay una crisis de deuda, pero sin ingresos no puedes pagarla. Hay deuda que es necesaria para generar ingresos. En estos dos años he participado en torno a una treintena de procesos de reestructuración financiera, algunos con cientos de empleados. En todos observo lo mismo, una obsesión de la banca por reducir su endeudamiento a cualquier coste hasta el punto de no conceder oxígeno financiero a empresas con una cartera de pedidos importante y que necesitan de ese oxígeno para poder vender. Me cuesta creer que los bancos no tengan dinero con las ayudas que han recibido, las han destinado a cubrir agujeros inmobiliarios.

–Otra vez el ladrillo...

–Si algo ha contrastado esta crisis es que el ladrillo ha sido el sector con más riesgo en España en los últimos cien años. Ha colapsado los balances de los bancos y lo está pagando el sector industrial.

–Explíquese.

–Me preocupa muchísimo el sector industrial asturiano, ha perdido el 27 por ciento del empleo desde 2008. Es uno de los sectores que menos endeudado estaba, junto con el sector servicios, y el que más está sufriendo el acceso al crédito ahora. La concentración de crédito en el sector de la construcción ha fastidiado a quienes lo estaban haciendo bien, y hoy hay empresas industriales en Asturias con pedidos que no pueden ejecutarlos porque no tienen acceso al crédito. ¿Y qué hace el empresario? Despedir. Estoy viendo casos de empresas con cuatro o cinco millones en la cartera de pedidos que no los pueden ejecutar porque no tienen circulante.

–¿Para qué ha servido entonces el rescate bancario?

–Para nada. Lo que más me asombra es que las instituciones estén asumiendo ya que se haya perdido todo ese dinero.

–¿Y el sector industrial asturiano seguirá cayendo?

–Casi todas las empresas que eran líderes y tractoras en las diferentes ramas están tocadas o cerrando. Y no nos olvidemos de que el cierre de una empresa de 250 trabajadores no se arregla con 250 emprendedores. Hay que combinar que los tractores sigan tirando y que haya natalidad empresarial. Pero si tus líderes industriales con cartera de pedidos van cayendo, Asturias entra en la encrucijada. A nuestra industria le han parado el motor.

–¿Cuáles son las debilidades de la región?

–Le cuesta crear tejido industrial, dinámico, joven, que vaya sustituyendo a las grandes compañías, y también tiene dificultades para exportar. Nuestro progreso no puede medirse en toneladas y hay que buscar sustitutos en ese tejido empresarial.

–¿A qué se refiere cuando habla de dificultades para exportar?

–Al poco valor añadido. En Asturias tenemos mucha tonelada pero poco producto de valor añadido o de segunda transformación. Estamos muy expuestos a los mercados internacionales, sobre todo al de materias privas. Ahora el mundo está empezando a crecer y por eso están empezando a aumentar las exportaciones.

–¿Comparte la lectura positiva que hace el Gobierno sobre la salida de la crisis?

–Tengo muchas cautelas. No me gustó que todo el mundo se sumara al carro de que bajó el paro entre el segundo y el primer trimestre del año pese a la estacionalidad, porque en realidad hoy hay 630.000 personas menos trabajando que hace un año. Y esa destrucción de empleo es mayor que la que se produjo entre 2010 y 2011 en el mismo periodo. No puedo ser optimista. Cayó el paro en 31 personas en el último mes pero tenemos 100.000 personas menos cotizando. 

De acuerdo en que empieza a haber datos interesantes de exportaciones españolas, por primera vez exportamos más de lo que importamos, pero lo que importamos depende de la renta de aquí. Se exporta más pero los españoles consumen menos. Ha mejorado nuestra deuda con el exterior, ¿pero quien ha hecho el ajuste? Las familias y las empresas. Y no olvidemos que España gasta el 3% del PIB en prestaciones por desempleo. Es mucho dinero.

–Y la inversión en I+D está por los suelos...

–Tenemos un país completamente dividido. Las empresas vascas invierten por ciudadano en investigación y desarrollo unos 440 euros, 19 veces más que un extremeño, cuatro veces más que una asturiana, y la media española está un 40% por debajo de la media de la Europa de los 27. Da la casualidad de que los países que más dinero destinan a I+D son los que tienen menores tasas de paro, mayor productividad y renta per capita.

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