Las grandes organizaciones cuentan con tremendas capacidades para transformar su entorno y ejercer el liderazgo que poco a poco se han ido ganando en el mercado. Pero, al mismo tiempo, también están sentadas sobre “barriles de pólvora” difíciles de controlar. El modo en el que nos organizamos influye de forma directa, e “indolora”, en nuestras posibilidades de futuro como personas, y por extensión, en las de nuestras empresas.
Por ello, es preciso reinventarse de forma continua, es preciso hacerse preguntas, es preciso abrirse y es preciso trabajar de forma incansable, todos los días, para crear empresas y actitudes más “humanas”, más permeables al nuevo conocimiento. En definitiva, es preciso crear ejércitos de personas motivadas dispuestas a enfrentarse a cualquier cosa para crear algo que “cambie el mundo” o, al menos, “nuestro mundo”.
Los principios del management que nos han traído hasta aquí están en proceso de agotamiento y ya no son efectivos para crear organizaciones inteligentes. Las empresas inteligentes, que crean cosas útiles, que resuelven problemas, que son rentables y que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas, han llegado a ser así gracias a su “ejército de profesionales”, que canalizan su talento a través de ellas, que quieren formar parte de la liga de la “excelencia” y que ven más allá que un sueldo y unos protocolos.
Todas estas cuestiones, que en #CIESFinanzas nos apasionan, hemos tenido la oportunidad de transmitirlas en una sesión con directivos y mandos intermedios de una de las empresas con más historia y más empleados de España. Esa empresa es Correos.
En ese acto, tuvimos la ocasión de disertar durante más de una hora sobre los riesgos a los que se enfrentan las empresas grandes para responder de forma efectiva a los cambios de su entorno, sobre cómo lograr crear un tipo de organización más “polinizada”, donde se aproveche todo el conocimiento interno generado -que tiende a ser mucho- y sobre cómo no es lo mismo tener una plantilla en Correos de 60.000 trabajadores individuales que un ejército de 60.000 trabajadores motivados, incentivados y dispuestos a vender, comunicar y transformar lo que día a día está en su mano. Y lo que cada día está en su mano no es otra cosa que muchos, cientos, de detalles con la capacidad de marcar la diferencia entre lo bueno y lo excelente.
Fue una sesión de motivación, de intercambio y de recuperación del espíritu de trabajo conjunto para reflexionar sobre los mecanismos de apertura de las grandes corporaciones para seguir renovando sus liderazgos. Se utilizaron como base diversos de los artículos publicados en Sintetia (algunos se pueden encontrar al final de este artículo), pero para el cierre se utilizaron 10 ideas a las que tenemos que prestar especial atención. Son un cóctel de 10 ideas que beben de los trabajos de tres autores clave para tiempos como los que estamos viviendo: Guy Kawasaki, Tom Peters y Daniel Pink. Y son esas ideas las que queríamos compartir a continuación:
1.- En ocasiones, “menos es más”, así que contribuye con tu pequeña acción. Kawasaki, en su último libro “El arte de cautivar”, explica de forma brillante, cómo en muchas ocasiones fracasamos cuando nos decimos a nosotros mismos cosas como “esto no tiene sentido, es muy grande para mí; soy una gota de agua en el océano; en esta organización no ‘pinto nada’ y para qué voy aportar”. Hay muchas oportunidades para cautivar, producir un gran efecto y transformar lo que tenemos en nuestro círculo de influencia haciendo pequeñas cosas. Los problemas grandes, las organizaciones grandes, los trabajos grandes… se pueden fragmentar, se puede cambiar el foco con el que nos enfrentamos a ellos y podemos lograr cambios espectaculares con solo unas gotas de “océano”. Pruébalo!
2.- El poder, no el “oficial”, sino el poder de la iniciativa y el de la imaginación, están ahí para que los tomes. Ésta es una de las grandes tesis del genial Tom Peters. Cada uno de nosotros, da igual si somos autónomos o formamos parte de una multinacional, tenemos un poder que nadie nos otorga, que no está en las tarjetas de visita y que no es preciso que esté plasmado en nuestro contrato laboral. Ese poder es el de la imaginación, la pasión para pensar formas alternativas de hacer las cosas, por atreverse, por proponer, por transformar. Por NO conformarse.
3.- Nadie te da el poder, lo tomas. Esta máxima proviene de la idea anterior: No podemos esperar a que nadie nos otorgue la motivación, ni a que nos diga qué tenemos que hacer. Peters nos propone que nos arriesguemos, porque es la forma de cambiar nuestro entorno, y nuestro currículum…
4.- Lo que la gente cree es lo que la gente consigue. Esta es una de las tesis más importantes de los trabajos de Daniel Pink. Y es que “las creencias sobre nosotros mismos y la naturaleza de nuestras destrezas determinan cómo interpretamos nuestras experiencias y pueden establecer los límites sobre lo que conseguimos”. Así que no te sientas inferior y no sientas que no puedes reinventar lo que no te gusta. Si piensas así, simplemente acabarás reafirmándote. Las expectativas autocumplidas son algo tremendamente importante en economía y, como podemos observar, también en psicología.
5.- Ningún cliente es un número. Que existan multitud de herramientas para la gestión de la información, que cada vez más cosas se puedan hacer online, sin verse las caras, que todo tenga un “código de barras” o una etiqueta RFID, no implica tratar a un cliente como a un número. No lo es, y no caigas en el error de tratarlo como tal. Peters ha detectado el gran poder del cliente en un mundo de redes sociales, intercambio e interconexión constante: los “don nadie” son los nuevos “alguien”.Los canales y las posibilidades para interaccionar y escuchar a los clientes han aumentado enormemente, así que trátalos de forma especial. Es el cliente, y sólo él, quien te mantiene vivo, y quien paga la nómina cada fin de mes.
6.- Aprovecha todas las oportunidades para resolver problemas “triviales”. Ésta es otra de las grandes ideas de Tom Peters. La cuestión central es que la gran mayoría del tiempo nos encontramos ante tareas “aburridas”, monótonas, que nadie quiere hacer por parecer sencillas y repetitivas. Pero esos apellidos los ponemos nosotros, porque esas tareas a las que nadie presta atención son realmente un hervidero de nuevas oportunidades para transformar tu empresa o tu actividad. Conecta esto con la siguiente idea:
7.- Nunca aceptes un trabajo tal como te lo dan. Rompe “las normas” y lo predecible, experimenta, piensa, dale vueltas hasta que ese proyecto, ese trabajo, pueda ayudarte a cambiar tu organización, aunque sea “trivial” a priori.
8.- Tenemos que automotivarnos y motivar a los demás de forma constante, pero eso exige una actitud constante de apoyo y un clima favorable. Nos gusta trabajar en entornos donde quien tenga el “poder oficial” nos aliente y nos incentive a probar, a testear, a darle vueltas al puzzle y a las recetas “de toda la vida”. Nos gusta disfrutar de un clima laboral que nos motive en cada proyecto que emprendamos. Esa comunicación positiva y esa eliminación de barreras, que aplastan a quien prueba y arriesga, son imprescindibles para “polinizar”. Aunque no tengamos el poder oficial, todos nosotros podemos hacer cosas para mejorar ese clima (ver idea 1).
9.- Todo comunica. No lo olvidemos, no comunican los eslóganes que tenemos en las paredes, ni en los papeles, ni nuestro logo, ni nuestra web o nuestro facebook. Comunica la pasión de todos los trabajadores, el clima, la cultura del esfuerzo, la apertura de la organización, la pasión por hacer algo “importante”, la cultura de la humildad y del aprendizaje constante…
10.- Todo vende. De la misma manera, la comunicación y las ventas forman parte del mismo puente hacia el éxito. Cada uno de nosotros tiene que vender (su idea, su proyecto, su trabajo realizado, su producto, su pasado, su futuro…), al igual que cualquier compañía (grande o pequeña). Pero las ventas ocurren por muchas cosas: además de resultar indispensable ofrecer un gran producto/servicio, dependen de la pasión, de la empatía con el cliente, de la formación, de la perseverancia, de la anticipación, del cómo lo presentemos. En definitiva, los detalles marcan una vez más la diferencia y la frontera entre el éxito y el fracaso. ¡Cuídalos! y llévate contigo todo el ingente ejército de talento que tienes a tu alrededor.
Estos principios fueron presentados mediante un powerpoint de una forma más visual de la siguiente manera:
10 notas, 10 ideas... y una idea puede cambiar el mundo. ¡¡Felicidades!!
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